martes, 8 de marzo de 2011

Sin nombre mas que el tuyo

Ahí estas tu nuevamente, abstracta, indiferente y silenciosa.
Indudablemente bella. Contemplando desde tu altar un mundo
Que no es tuyo, rodeada de cuerpos sin vida, de ojos que no
Reflejan emoción alguna donde la tranquilidad ha de correr
Y escapar libre junto con la locura.

Y aunque desconozco tu voz y me es ilegible tu sonrisa
Aunque ignoro cada uno de tus movimientos,

Y tú figura celestial, aun así después de haber resistido
Cualquier acto en el que se ha demostrado el resplandor de
Tu belleza, me he vuelto cautivo por aquel dulce aroma
Que brota de tu silueta, por aquella sombra que se desprende
De tu cuerpo al morir la tarde.

Y posas casi por descuido tus ojos en los míos y he de sentir como
Arrebatas mi aliento de forma fatal, como vacías mi mente de pensamiento alguno
Y estampas en mí ser tu figura perfecta que sin decir adiós se desvanece lentamente
Hasta abandonarme por completo así como un suspiro desaparece en el aire
Así como tu mirada que no volverá.