viernes, 29 de junio de 2012

Al tope de la tarde


Sujeta unos segundos tu cerebro unos segundos
¿Lo sientes?
Ese es el sonido agobiante de la tarde
Cuando las ideas se arrastran
Se aprieta el pecho
Se cansa el alma
La canción  caótica de los ojos pesados
la  boca seca, explosiva
Asesina
Ni mucha luz para reír
Ni muy poca para dormir
                     Para bailar
                     Para estar contigo
Junto a mí
La loca y demencial tarde
Otoñal cuando es otoño
Otoñal cuando es verano
Otoñal
todos los días del año
profunda
Hiriente
Discordia entre dientes
Entre manos
Entre la pared
Y el filo de la hoja de tus labios
Del suicidio
Del amor no consolidado
Deconstruido
El sonido del sabor de  mis aullidos
El color de mi vejez
El olor de mi desesperación.

Sulfatada


Washita, washita carnua
sulfatada, necesitada, adornada
es un regalo,
es un tesoro
es un pendiente en el árbol de los discotequeros

un orgasmo comprimido

agitado
es un cuerpito cuerpecito
delicado, acostumbrado
caliente
caliente como ninguna
como otra
como cualquiera
como todas esas
esas son todas
y entre todas
se ganan de frente
me rodean
me derriban
Y chorrean su excitación por mi
como nunca
por eso están
para maltratarme
dividir mis miembros
y llevarse mi duelo
por entre sus carnes orgasmicas
sus carreteas suicidas
Su piel, el terciopelo de mi tumba